La infinita verdad...

Al confesarle mi amor a Casandra ella, poco a poco, abrió esos misteriosos ojos, tan dulces, tan llenos de inocencia

.-¿Casandra?, ¿estás bien?-.

Ella no respondió solo se limito a verme, con un toque de culpabilidad y me atreví  a preguntarle, sin si quiera pensarlo

.- ¿Ya sabes quién soy?-. Musite casi al instante

.-por supuesto que si, eres benjamín, la persona…, más odiada por mí, ¿es eso verdad?, yo… ¿tengo algún motivo para odiarte?

Al parecer Casandra no recuerda nada de lo que…, es mejor no meterme en esos asuntos, Damián ya la estará esperando.

.-Casandra, ven, quiero enseñarte algo.-

Ella seguía recostada en la cama, así que la ayude a levantarse, salimos de la habitación y caminamos por el jardín, tenía que decirle quien era, porque estaba aquí, y desgraciadamente lo que yo había hecho. No me atrevía a comenzar, pero si no lo hacía me lamentaría y debía saberlo, sin más ella acaricio mi mejilla,

.-benjamín, tu sabes más de lo que pienso, e, imagino que ya es la hora de hablar sobre ello, no temas…

Interrumpí a Casandra, tome su mano, la puse en mi pecho para que sintiera, los latidos de mi corazón acelerado y comencé:

.- mira a tu alrededor y dime ¿Qué es lo que ves?

.- si te soy sincera… yo… veo inconformidad, deseo de poder, odio…, pero aun así… entre… esos árboles sin hojas, esos árboles secos… logro percibir la esencia de frescura, esperando llenar de ilusiones a los corazones vacios, a las ramas caídas… benjamín…

Casandra ya sabía lo que pasaba sin tener conciencia de ello, me lamente en silencio, mientras ella seguía, al levantar mi mirada pude notar como llevaba sus manos a su rostro y me preguntaba, con un hilo de voz, temblorosa;

.- ¿Por qué todo tiene que ser así?, esto… debe cambiar, yo no sé qué… hacer, me siento incapaz, pero… a la vez valiente para algo, algo… que… me espera, algo que depende de mí, acaso ¿tengo un propósito aquí?.-

Tome sus manos, por mi mente pasaban infinidad de recuerdos, queriendo explotar conmocionados  llenos de la verdad… sus ojos albergaban unas cálidas lagrimas, llenas de confusión…

.- Casandra el mundo en el que estamos, es el de la humanidad, aquí es donde se albergan todos los sentimientos, emociones, miedos, aciertos, errores… en el otro mundo, no es el cielo ni el infierno…

.- ¿el otro mundo?..., no lo entiendo, es que…

Sentí como su mirada caía en mi

.- veras.- interrumpí a Casandra antes que ella se confundiera aun más,

.-el otro mundo, fue el primero que tuvo vida, una raza  pura en donde solo se encontraba un hermoso paraíso de cristal,  el amor propio…

.- pero la persona en la que creen todos los humanos…

.- esa persona a la que ellos le llaman dios, no es más que una falsa ilusión, la controversia que se da por el bien y el mal, es más que un simple roce de poder, es una pelea a muerte en donde alguno de los dos saldrá victorioso, no un dios, sino simples personas que tienen conciencia mas allá de lo que los demás, piensan o sienten, se puede decir que cuando nuestro mundo inicio, te dije que solo el amor propio se encontraba ahí, pero como era de esperarse ellos no podían pelear contra ellos, se debe tener un algo, o alguien contra quien desatarían su odio, así se creó un nuevo destino.

Casandra parecía estar sumida en sus pensamientos, tratando de imaginar todo aquello, benjamín le miro detenidamente y por un momento, tuvo la sensación de estar hablando con una niña pequeña, que desconocía el mundo por completo, y así era, Casandra a lo más que llegaba a recordar, era aquella música en su cabeza dándole vueltas incontrolablemente, y aquel conforte que sentía cada vez que benjamín le hablaba. el crepúsculo de la tarde comenzó a deslizarse lentamente, benjamín miro hacia sus alrededores, sin dejar de hablar y contemplando aquella puesta de sol, la cual le resultaba extraña, pero embriagadora de belleza, al mirar hacia donde Casandra se encontraba, pudo notar sus rosadas mejillas, sus suaves labios delineados por una suave pero firme línea, su cabello abrillantado, por la luz del sol, y se pregunto, ¿Qué le pasa por la cabeza a Casandra?, ¿Qué clase de pensamientos, podría tener ella?, una persona sin recuerdos, más que el poco mundo que él le había enseñado.

.-En una noche de eclipse nació una hermosa estrella, aunada a la idea de un posible ángel bajando del paraíso, y eso fue lo que paso, un ángel caído, en nuestro mundo…

.-Es contra quien ellos tomarían venganza, venganza de no… poder amar a…a alguien mas

Fueron las palabras de Casandra, lo cual dejo boquiabierto a benjamín, haciendo que lanzara una mirada penetrante hacia ella, el cual entendió  todo y con la voz entrecortada pudo pronunciar

.-si…,

Casandra seguía con la mirada perdida en algún punto frente a ella, benjamín temía lo peor, el seguía admirando su extenuante belleza, podía notar como su piel blanca se crispaba con el roce del aire, como todo lo que ella emanaba, era una adicción pura para él.

  ´´.-tú misma lo descubrirás, sigue las sombras de la noche sin perder el rumbo o dejar que la locura te invada, recuérdalo… muy pronto estaré contigo.-´´

.-No puedo creerlo…esta voz…es…,

-Benjamín mas que no creerlo, no lo deseaba, su cuerpo se estremeció con esa voz, detrás de su espalda, la que miles de veces había escuchado, y a la cual le seguía temiendo, al girar pudo corroborarlo con sus propios ojos, los cuales se enfocaron sobre el, donde este yacía sobre aquel camino de piedras que daba justo hacia donde ellos se encontraban, caminando con tranquilidad y ese misterio que siempre lo había caracterizado, con sus manos metidas en sus bolsillos delanteros, vestía un elegante traje negro, lo cual benjamín dejo pasar, solo así concentrándose en el miedo que su corazón experimentaba. Por unos segundos se le olvido por lo que el venia y en cuestión de nada lo recordó… Casandra. Instintivamente como si su vida dependiera de ello, volteo hacia donde ella estaba, pero su asombro fue mayor al observar que ella seguía sin moverse, mirando todavía hacia ese punto perdido delante de ella. La desesperación de benjamín se hizo notable en su cuerpo, el cual comenzó a temblar, giro una vez más para verlo, seguía caminando sin interrupciones hacia ellos sin mostrar miedo, solo esa mueca que benjamín odiaba y por lo cual estaba más que aterrado, pensando como el podía ser tan intrigante, y a pesar de ello conservar esa pequeña sonrisa, no tan notable, de satisfacción pero a la vez de odio.

.-Damián…- musito benjamín justo cuando este se encontraba lo suficientemente cerca para escucharlo…